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martes, 5 de octubre de 2021

Evolución de los Sistemas Digitales en las Motocicletas

Lo más breve posible queremos ser en este aspecto, de comentarles un poco de historia sobre los sistemas digitales en la motos. Empezamos con el hecho de que las motos en los últimos años han evolucionado mucho tecnológicamente, el protagonismo de la mecánica poco a poco se va reduciendo en favor de la electrónica y las novedades Premium del mercado han incorporado importantes softwares de gestión.

Los sistemas de seguridad como el ABS y otros como el control de tracción recopilan muchos datos y demandan la presencia de un ordenador que los analice y dicte órdenes de cómo actuar al resto de elementos de la moto. Lo más reciente que ha llegado a las motos es la instrumentación digital inteligente.


No tardaron en organizarse las primeras carreras de motos, pero más allá de medirse de tú a tú, los pilotos querían saber a qué velocidad iban en todo momento, por lo que fue precisamente ese exacerbado interés por la velocidad lo que hizo que se empezasen a incluir los primeros velocímetros en las motos.

Así nacieron los cuadros de mandos en las motocicletas: un simple reloj en el que mediante el giro de la rueda una aguja se movía para indicar la velocidad del vehículo. Pero los velocímetros no llegaron pronto. La considerada como la primera motocicleta de combustión interna fue la Daimler Reitwagen de 1885, y hubo que esperar hasta las primeras décadas del siglo XX para verlos de manera estandarizada.

Pero además de ir rápido, habían otros factores a tener en cuenta a la hora de llevar una moto. Cuanto más se apretaban las mecánicas más importante empezó a ser el hecho de mantener a raya la temperatura y se incluyeron los Indicadores de temperatura del motor. Luego llegaron los tacómetros para controlar el régimen de giro de los propulsores, el indicador de carga del apartado eléctrico y así se fueron creando los primeros cuadros de mandos compuestos, pero siempre organizados en esferas.

En 1947 la Vincent Rapide Series B podía montar un cuadro con tres rejojes colocados sobre el manillar con un tamaño idéntico: velocidad (y kilometraje), reloj horario y tacómetro. Esta composición podía (y puede) parecer recargada, pero en el contexto de una marca de lujo fue otro intento por convertir los cuadros de mandos en un elemento diferenciador.

Con el paso de los años los cuadros de mandos dejaron de ser una composición de elementos separados a convertirse en una unidad. Primero se unieron varios relojes sobre un mismo módulo, luego estos relojes pasaron a combinarse y a perder la simetría durante los años 80. Fue entonces cuando la velocidad empezó a perder algo de peso en favor de los indicadores de revoluciones y los cuadros empezaron a salpicarse con testigos suplementarios.

Durante los años 80 y 90 los cuadros se reformaron por completo. La velocidad seguía siendo importante pero ya sólo era un dato más entre una constelación de factores. Curiosamente, algo que no siempre ha estado en los tableros ha sido algo bastante importante: el indicador de nivel de combustible.

Los años noventa fueron una etapa de aprendizaje, las marcas se dedicaron a perfeccionar lo que empezaban a hacer en los ochenta y las motos cada vez eran "más redondas". Para esto utilizaban sus centros tecnológicos y salieron al mercado muchas innovaciones "hechas por ordenador". Aún así la moto seguía siendo un vehículo muy mecánico. En esta época aparecieron las primeras instrumentaciones digitales como por ejemplo es el caso de la scooter Suzuki Lido en 1990.




La era de los 2000 fue clave para la inclusión de la electrónica en las motos de calle. La visión tecnológica de la sociedad había crecido y rápido empezábamos a vivir "pegados a una pantalla". Las motos cada vez eran más sofisticadas y ya necesitaban de una ayuda externa, el ordenador de a bordo, para su correcta gestión. Como ejemplo del avance a nivel tecnológico hay que decir que en 2007 la BMW 1200 R fue la primera moto en incorporar el sistema de control de tracción (ASC).

Con la llegada del siglo XXI, la electrónica tuvo su época dorada en las motos. El síntoma evidente fue la inclusión de los primeros cuadros de mandos con indicadores digitales. En ellos el protagonista fue, siguiendo la tendencia, el tacómetro, con grandes relojes analógicos para las revoluciones a los que se adosaban velocímetros digitales en pantallas LCD monocromáticas.

De las pantallas LCD pasamos a las pantallas TFT, y de la moto como medio de transporte pasamos a la moto como elemento conectado.

Esta integración tecnológica entre las motocicletas modernas con cuadros de mandos que parecen tablets y los teléfonos inteligentes ha traído un elemento más: el de las aplicaciones dedicadas.

Actualmente casi todas las marcas cuentan con una app que nos ofrecerá determinadas funciones al conectar la moto al smartphone. Además de la posibilidad de regulación de las suspensiones electrónicas que decíamos antes también se puede utilizar para ofrecer información sobre intervalos de mantenimiento, grabación de rutas, geolocalización del vehículo, aviso de robo o, en el caso de Triumph, poder controlar una GoPro a través del cuadro de mandos de la propia moto.

Los tacómetros digitales, representados por innumerables configuraciones de gráficos de barras (uno por cada modelo de moto) y absorbiendo los indicadores en una misma pantalla LCD. Con la llegada de los años 2000 la digitalización de los cuadros de mandos se convirtió en una constante donde sólo unos pocos modelos siguen fieles al todo analógico.



Pronto, en todas las marcas y modelos se fue introduciendo la tecnología digital, así como lo conocemos ahora. Los avances de micro computadoras en la motos ha reemplazado el sistema análogo y lo seguirá haciendo en las nuevas flotas durante el tiempo transcurra.

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